miércoles, 9 de abril de 2014

DILEMAS DE LA GUERRA CIVIL: EL ANARQUISMO EN ESPAÑA

Anarquismo en España


El anarquismo es la filosofía política que propone una sociedad basada en la libertad y la igualdad económica. Para ello rechaza la necesidad del Estado o de un poder público que gobierne sobre las personas. Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre fueron bien entendidas por la opinión pública. Históricamente hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura sociedad libre.
En el territorio español históricamente el anarquismo ganó un gran respaldo e influencia. Ya desde la época de la Primera República (1873-1874) las organizaciones influidas por el anarquismo eran las más potentes del país. Esta influencia se repetiría entre 1918 y 1919, cuando una organización sindicalista fundamentada en principios anarquistas, la Confederación Nacional del Trabajo, logró despuntar y agrupar a cientos de miles de trabajadores. Durante la Segunda República y la guerra civil de 1936 el anarquismo vivió sus años más importantes, destacando su participación en la llamada Revolución Social Española de 1936, que tuvo lugar después del golpe de estado del ejército español. Esta revolución social ha sido uno de los pocos episodios históricos en la que las ideas anarquistas de organización social se han llevado a la práctica a gran escala en el mundo. En el año 1977, durante la transición, el anarquismo volvería brevemente a ser una opción política, cultural y social de masas.
Pero no todo anarquismo tiene que ver con el movimiento obrero. Existieron corrientes individualistas, esperantistas, a favor de la pedagogía libre, naturistas, etc. Asimismo, hoy en día existen varias corrientes anarquistas similares como el insurreccionalismo, la autonomía, el veganismo, la teoría queer, etc. También sigue existiendo un movimiento obrero (una parte de él) influido por el anarquismo, aunque bastante más reducido que en otros tiempos.

      

La Semana Trágica



En 1909 hubo dos acontecimientos que calentaron los ánimos para una nueva huelga general en Barcelona. Por un lado, la clausura de una fábrica textil, con 800 despidos. En todo el sector industrial hubo un recorte general de salarios. Los trabajadores, incluso los ajenos a la industria textil, comenzaron a plantear una huelga general. Casi al mismo tiempo, por otro lado, en Marruecos había tenido lugar el mayor desastre militar desde la Guerra de Cuba. En el llamado Barranco del Lobo (cerca de Melilla) los grupos tribales rifeños derrotaron a las tropas españolas, provocando más de 1000 muertos. El gobierno reaccionó movilizando la reserva (25.000 jóvenes son llamados a filas). Los reservistas, la mayoría trabajadores, no deseaban arriesgar sus vidas para proteger los intereses de los capitalistas españoles (la insurrección marroquí estaba bloqueando las rutas de las minas y retrasando negocios - a destacar las inversiones del Marqués de Comillas). Los mítines contra la guerra se extendieron por todo el país. En plena retroalimentación de conflictos, en Barcelona había un clamor popular por la huelga.
La tarde del domingo 18 de julio cuando se procedía al embarque del batallón de Cazadores de Reus, integrado en la Brigada Mixta de Cataluña, la tensión estalló. Algunos soldados arrojaron al mar los escapularios y medallas que varias aristócratas barcelonesas les habían entregado antes de subir al vapor militar Cataluña, mientras hombres y mujeres gritaban desde los muelles "¡Abajo la guerra!", "Que vayan los ricos; o todos o ninguno"... La policía realizó varios disparos al aire y detuvo a varias personas. Las protestas aumentaron en los días siguientes cuando llegaron noticias de que se habían producido gran número de bajas entre los soldados españoles enviados a Marruecos.10 En los días siguientes la tensión continuó en aumento desatando la huelga.
La huelga comenzó en Barcelona el 26 de julio. Rápidamente se transformó en un alzamiento generalizado. Anselmo Lorenzo escribió en una carta: "Una revolución social ha estallado en Barcelona y ha sido iniciada por el pueblo. Nadie la dirige. Ni los liberales ni los nacionalistas catalanes, ni republicanos, ni socialistas, ni anarquistas". Las comisarías de policía fueron asaltadas, se cortaron las líneas de tren que conducían a Barcelona, y se levantaron barricadas por toda la ciudad. Ochenta iglesias y monasterios fueron destruidos por miembros del Partido Radical republicano y 78 personas murieron en los disturbios (aunque se cree que fueron muchas más). Después de la revuelta, alrededor de 1.700 personas fueron acusadas de varios delitos. La mayoría quedaron en libertad, pero unas 450 fueron condenadas a diversas penas. Doce fueron condenadas a cadena perpetua y otras 5, ejecutadas. Entre los ejecutados estaba Francisco Ferrer, quien ni siquiera estaba en Barcelona durante el alzamiento.
Tras la Semana Trágica, el gobierno reprimió con fuerza la disidencia. Los sindicatos fueron prohibidos, los periódicos clausurados y las escuelas libertarias fueron cerradas. Cataluña fue puesta bajo la Ley marcial hasta noviembre. Pero más que rendirse, la clase trabajadora española comenzó a tomar conciencia de su fuerza, lo que ayudó a la adopción definitiva del sindicalismo como estrategia revolucionaria.




No hay comentarios:

Publicar un comentario